martes, 5 de julio de 2011

"La guerra del alma" Capítulo 1: Junto a las naves de RENFE


Aquel chico caminaba solo, bueno junto a toda la familia, pero al fin y al cabo solo, solo en sus pensamientos, solo en sus sueños, solo en los devenires del futuro. Decidió apartarse un poco del resto de su gente y seguir caminando. ¿Por qué lo hacía?, ni yo mismo lo sé. Para él todo estaba en otro mundo, él vivía en un sitio completamente apartado de todo lo demás, y por tanto la gente que se cruzaba por la acera no era real. Pasaban los minutos y el chico seguía caminando, aún no se había parado. Meditaba sin tener muy claro el qué, pero algo le hizo parar en seco. Detuvo sus piernas y volvió a la realidad. Frente a él una chica permanecía quieta mirando fijamente a los ojos del muchacho. Su pelo moreno, su bella sonrisa...todo en ella era sobrenatural. Sabía que no podía estarse quieto toda la vida, y sin pensar el chico echó a correr. Al rato no se creía cómo pudo haber sido tan estúpido de reaccionar de esa manera y se lamentó no poder volver a verla más.

Llegó la noche y tras cenar, el chico salió de casa a dar otro de sus paseos. Su madre apenas entendía el porqué de estos, no atinaba a ver que eran la vía de escapismo que usaba su hijo para evadirse de este mundo tan realista y anormal. Andaba, pensaba, caminaba, meditaba, soñaba, cuando al pasar por el mismo punto en el que horas antes vio a aquella angelical mirada se percató de que había algo junto a un arbusto, allí, en la tapia de los terrenos de RENFE. Era un pequeño folio y en él estaba escrita la nota más esperanzadora con la letra más bonita que el jamás había visto:

"Querido... sé que no será dificil para tí saber quien te ha escrito esta carta. Lo sé porqúe si tu lo hubieras hecho, enseguida lo habría sabido. Vengo de siglos atrás, donde el tiempo se respira, donde la luz se saborea, donde el miedo te hace crecer. Vengo de las tierras más allá de los Campos, donde los sueños son gotitas de rocío que se cumplen con cada amanecer. Mi mente divaga, a veces pensando en heroicas batallas de tiempos pasados, a veces oyendo el susurro del viento relatándome la Historia del mundo. Más no he seguido ese camino y me he adaptado a tus tiempos, a las tecnologías que llamaís de la Información. Aún es pronto para revelarte más cosas sobre mí, pero si eres constante las irás sabiendo, poco a poco. Hoy nos hemos visto por primera vez, pero como los besos más dulces que se hacen esperar, has de tener paciencia y pronto volveremos a encontrarnos, quien sabe si aquí, en tus sueños, o en los míos."

No hay comentarios:

Publicar un comentario