miércoles, 24 de agosto de 2011

"La guerra del alma" Capítulo 4: Comienza la Búsqueda


"La Leyenda de los Campos"
Epílogo

Tierra de Campos, 19 de Junio, 1211

Hoy he despertado entre claveles, junto a un campo de trigo a punto de cosechar, tumbada en la espesura del viento, sobre tierras fértiles en grandes vegas. Hoy he recordado toda mi vida. Hoy por fin he sabido donde nací y cuando. Hoy he pensado en mí y he recordado mi infancia, feliz. Hoy he sabido que aquella adolescencia que en mi mente borré ocurrió de verdad y no fue un sueño, que tuve una vida antes, que hubo algo que intentó ser terminado aquel día. Hoy por fin he comprendido que la magia es mi fuente de energía, y que esta fuente de energía me intentó ser arrebatada con sufrimiento agonía y muerte. Él me prometió la eternidad pero me robó la vida. Mi familia fue asesinada, me separaron de lo que yo más quería por medio de la sangre y la traición. Más no pudieron acabar conmigo y solo borraron de mi memoria mis recuerdos más bonitos, mis juegos, mis amigos, mi primera vez, el amor...

Hoy parto de esta vida, mi destino son las estrellas. Se que volveré. Pasarán años, siglos pero esperaré sobreviviendo al paso del tiempo, viendo estrellas fugaces, contando las vueltas que da la Tierra. Sí, se que la Tierra es esférica y que gira sobre su eje. Regresaré cuando el alma me avise.

Prometo encontrar el amor que me arrebataron, la felicidad que me extirparon. Juro volver a ser feliz, bailar con la melodía de los violines bajo la luna, junto a un lago en las montañas. Y si para ello tengo que adaptarme al paso de los tiempos, así lo haré con tal de vivir la eternidad junto a quien me ame.

Quien seas, quien lea este libro, sea el año que sea, si tu me amas, quien seas... TE AMARÉ.

El chico leyó el libro dos veces en un día. No daba crédito alo que la historia contaba. ¡Estaba hablando de su misteriosa chica! SIn duda, no podía ser otra. Era ella. Pero, ¿como podía ser tan antigua y aparecerse ante él en pleno año 2011? Claro que en la carta decía que venía de tiempo atrás pero, ¿como se iba a imaginar que eran 800 años? Tal vez esa repentina aparición, desaparición y posterior carta podían explicar la magia de la chica. Eran miles las preguntas que se estaba haciendo a sí mismo en su cabeza pero no podía contestarse todas a la vez si no quería acabar loco.

Cogió un papel, un lápiz y empezó a anotar todos los datos que el parecían relevantes. Había llegado la hora de emprender la búsqueda.

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